DIOS SIEMPRE NOS OFRECE SU AYUDA
Es indudable, de Dios tenemos la mejor ayuda en todo momento, no es casualidad, el día anterior a la escritura de este blog tuve un día muy difícil, estuve muy cargado por varias situaciones que me tenían agobiado, y en este día, Dios pone ante mis ojos este pasaje en el momento en que MÁS lo necesitaba, es increíble.
10No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. 11He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo. 12Buscarás a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra. 13Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo. 14No temas, gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy tu socorro, dice Jehová; el Santo de Israel es tu Redentor. 15He aquí que yo te he puesto por trillo, trillo nuevo, lleno de dientes; trillarás montes y los molerás, y collados reducirás a tamo. 16Los aventarás, y los llevará el viento, y los esparcirá el torbellino; pero tú te regocijarás en Jehová, te gloriarás en el Santo de Israel. - Isaías 41:10-16
En esa madrugada al arrodillarme para orar, Dios me “DESGONZÓ” físicamente como diciéndome: Entrégame todas tus cargas y yo te ayudaré a llevarlas. Luego, al sentarme a hacer mi devocional, ÉL trajo a mi este hermoso pasaje que me llenó de sus fuerzas. Tuve que exclamar: ¡¡¡ GRACIAS DIOS MIO por TU COMPAÑÍA!!!.
Es real, a veces nos llenamos de temores por el futuro de nuestra salud, de nuestras finanzas, de nuestro hogar, de nuestra Iglesia, y se nos olvida con facilidad quién es nuestro Padre y nuestro Protector.
El enemigo desgraciadamente no descansa y siempre está buscando la forma de debilitarnos, de dividirnos, de atormentarnos, pero gracias a DIOS, lo tenemos a ÉL quien siempre nos da voces de ALIENTO a través de Su Palabra, diciéndonos que NO temamos, porque ÉL está con nosotros.
ÉL nos invita a NO desmayar porque es ÉL quien nos dará nuevas fuerzas, sabiduría, paz, integridad. Dios siempre nos ofrece su AYUDA incondicional y está ahí, dispuesto a sustentarnos con su preciosa mano que es JUSTA y que nunca se equivoca de rumbo.
Dios me ha enseñado particularmente, que mi deber como creyente, y sobre todo como líder es entregarle a ÉL todas mis cargas, jamás actuar a la ligera, esperar a que sea ÉL quien guie mis pasos y me de la paz necesaria para hablar y actuar. Me recuerda que jamás debo enojarme con Dios, ÉL no tiene la culpa de mis errores, yo, y solamente yo, soy el culpable de todo lo malo que me pueda pasar, debido a mi pecado y a mi irresponsabilidad. Me enseña que nada voy a lograr enojándome con mi Dios, solamente mi destrucción. Dios me promete la victoria para que siempre lo glorifique con mi vida.
Varias ENSEÑANZAS bien impactantes en este pasaje:
- Debo escuchar la VOZ DE DIOS que me dice siempre: No TEMAS, porque YO ESTOY CONTIGO. Es ÉL quien me AYUDA.
- Debo descansar SIEMPRE en la AYUDA que DIOS me OFRECE.
- No temer ante ninguna circunstancia, entendiendo que Dios está conmigo
- No desmayar, tengo a mi lado a mi Padre que me da nuevas fuerzas
- Confiar en la promesa de Dios de que SIEMPRE me ayudará
- Esperar en la promesa de Dios de que ÉL me sustentará con la diestra de Su Justicia
- Descargar en las manos de Dios todos mis problemas, angustias y temores y esperar CONFIADAMENTE en ÉL
- Jamás pensar en enojarme con Dios
- Reconocer mis faltas, aceptarlas y arrepentirme
- Confiar plenamente en la victoria que viene de Dios.
De Dios tenemos la MEJOR AYUDA en todo momento
1. La ayuda que Dios ofrece es para
SIEMPRE (Vs 10)
2. Él se encargará de los que
contienden contra nosotros (Vs 11-12)
3. De la mano de Dios tendremos VICTORIA tras victoria (Vs 13-16)
Dios nos ha recordado nuevamente que de ÉL debemos esperar siempre LO MEJOR en todo momento. No debemos atemorizarnos ni aún en las circunstancias más difíciles y nunca pensar en que Dios es el culpable de ellas. Es un consejo que viene de un Dios que no miente y quien, a pesar de mi mediocridad no nos abandonará; Dios siempre estará ahí, su AMOR nunca cambia, y siempre está esperando para tendernos su mano. Simplemente debemos santificarnos y acudir a ÉL en cualquier circunstancia, por elemental que sea.
Dios me sacudió recordándome que nada saco con enojarme con Dios, que debo entender que ÉL ES DIOS, y que NO se equivoca y en el debo depositar toda mi confianza.
Apliquémoslo ya mismo, purificándonos, abandonando nuestra vida de pecado, guardando y haciendo sus mandamientos, a fin de que nuestra vida sea un Reflejo de la Luz de Cristo y así poder esperar que todo nos salga bien; no angustiándonos por las cosas difíciles que nos pasan, no desesperarnos, sino entregar cada situación en sus manos y esperar en ÉL.
Fabio
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