EL VALOR de la SANTIDAD PROGRESIVA

Dios nos exhorta día a día a vivir en SANTIDAD, abandonando de raíz todas aquellas cosas (pecados) que para nada le agradan, y haciendo lo que realmente le agrada y le glorifica a ÉL, viviendo una vida en SANTIDAD, en total obediencia a ÉL. Solamente que recordemos uno de los pasajes más impactantes para la vida del creyente y que deben marcar la pauta como verdaderos testigos de Cristo: 

28El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. 29Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. 30Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.32Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo - Efesios  4:28-32 

Después de mostrarnos la larga lista de los que NO hacer en este pasaje de la nueva vida en Cristo, Dios concluye mostrándonos lo que SI debemos hacer: No hurtar, trabajar honestamente, compartir con los demás, nada de palabras corrompidas, hablar para edificación de los demás, dar gracia a los creyentes, no contristar al Espíritu Santo, quitar de nosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y toda malicia. 

Y finalmente, todo lo resume en estas tres cosas: Benignidad, misericordia y perdón. 

Debemos ser benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándonos unos a otros de la misma manera como Dios nos perdonó en Cristo Jesús. 

Son tres cosas que, aunque parecen sencillas difícilmente las aplicamos en nuestras vidas, aún fallamos mucho en eso y es bien importante reconsiderar y cambiar nuestro comportamiento en cuanto a ellas.

Algunas recomendaciones que deben marcar la pauta en nuestras vidas como auténticos creyentes: 

  • Desechar toda MANIFESTACIÓN de PECADO y enfocarnos en VIVIR cada MANDAMIENTO, AMANDO a nuestros hermanos y a todo ser humano.
  • Fuera la IRA y el ENOJO, debemos aborrecerlos.
  • Vestirnos de Mucha HUMILDAD, Benignidad, Misericordia y PERDÓN.
  • Abandonar todo tipo de pecado: Hurto, malas palabras, amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y malicia
  • Cultivar el deseo de trabajar y de compartir.
  • Hablar para edificación de los demás.
  • No contristar al Espíritu Santo 
  • Ser benignos unos con otros
  • Ser misericordiosos
  • Perdonarnos unos a otros, así como Dios nos perdonó a nosotros en Cristo. 

El valor de la SANTIDAD progresiva. 

1. Entender que más bienaventurado es DAR que recibir, debo trabajar para compartir con otros (Vs 28)

2. No contristar al Espíritu Santo, cuidando cada una de mis palabras (Vs 29-30)

3. Arrancar de mí toda mancha de pecado, reflejando la Luz de Cristo en mi vida a través de desechar el pecado y estar dispuesto a PERDONAR (Vs 31-32) 

Dios vuelve a recordarnos cómo debe ser la nueva vida que debemos llevar en Cristo. Quien nos habla es un Dios paciente y misericordioso que nos muestra cada detalle que debemos cambiar en nuestras vidas. 

Debe llamar nuestra atención ver la forma como Dios se fija en cada cosa que debemos cambiar y nos las muestra con toda claridad. 

Es algo que debemos APLICAR día a día, si realmente queremos reflejar la luz de Cristo, cuidando más nuestras palabras, alejando la amargura, la ira y el enojo, dejando de ser malicioso y sobre todo cultivando la benignidad, la misericordia y el perdón. 

Adelante, si Dios lo dice, es porque es posible, 

Fabio

 

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