La TRANSFORMACIÓN que SOLO DIOS HACE
Siempre, siempre valdrá la pena recordar y vivir este fragmento de la Escritura (Efesios 4:17-32). Y lo digo, porque es tal vez uno de los más importantes en la vida de un AUTENTICO CREYENTE, es decir, si tuviéramos en cuenta cada uno de los consejos que acá se dan, seríamos realmente SANTIFICADOS, glorificando a Dios con nuestra NUEVA VIDA en CRISTO.
17Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, 18teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; 19los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. 20Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, 21si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.22En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad - Efesios 4:17-24.
La voluntad de Dios es que no andemos como el resto del mundo que solo vive en la vanidad de su mente, alejados de Dios, ignorándolo por completo, hombres que han perdido la sensibilidad y están entregados de lleno a los placeres del mundo.
Nuestro comportamiento NO debe ser así, sino de acuerdo a lo que hemos aprendido de Cristo, nuestro Amado Modelo a seguir, viviendo plenamente en la LLENURA del ESPIRITU SANTO, permitiendo que sea ÉL quien guie cada uno de nuestros pasos.
Dios nos pide que debemos despojarnos del viejo hombre como quien se quita los trapos sucios y viejos y nos invita a RENOVARNOS por completo en el espíritu de nuestra mente, es decir a ponernos un TRAJE NUEVO, a cambiar por completo nuestros pensamientos y actitudes de acuerdo a lo que Dios nos muestra en su justicia y santidad de la verdad.
TODO, absolutamente TODO lo viejo debe quedar atrás, en el olvido, TODO en nosotros debe ser nuevo: Miradas, pensamientos, palabras, actitudes, etc. Atrás debe quedar la mentira, los disgustos, los robos, la pereza, el egoísmo, las malas palabras, es decir, TODO lo que contrista al Espíritu Santo.
Es necesario sepultar por
completo la amargura, el enojo, la ira, la gritería, las malas palabras y TODA
malicia. En la nueva vida en Cristo debemos ser Benignos, misericordiosos,
sabiendo perdonar, siguiendo el ejemplo de Cristo y el consejo de Dios.
Varias recomendaciones MUY ACORDES a lo que aprenderemos este domingo en la Iglesia:
- Hacerme el FIRME PROPÓSITO de VIVIR esa VIDA NUEVA en la cual Debe RESPLANDECER la LUZ de CRISTO.
- Dejar ATRÁS, por COMPLETO, TODA manifestación de PECADO, que sea REAL, que SE VEA.
- No andar como el mundo que no conoce de Cristo
- Dejar atrás esa vida pasada que realmente nos avergüenza delante de Dios
- Despojarnos por completo de la vida anterior.
- Entender que esa vieja vida está viciada de deseos engañosos.
- Renovarnos en el espíritu de nuestra mente.
- Vestirnos del nuevo hombre creado según Dios en la justicia y la santidad de la verdad
- Dejar atrás TODA esa vida de pecado: mentiras, iras, miradas, palabras deshonestas, etc.
- Dejar atrás TODO lo que pueda contristar al Espíritu Santo que mora en nosotros.
- Vivir en la LLENURA del Espíritu Santo.
- Reflejar la LUZ de CRISTO en mi vida.
La TRANSFORMACIÓN que SOLO DIOS HACE
1. El modelo del mundo debe ser
totalmente despreciado por el creyente verdadero (Vs 17-19)
2. Nuestro modelo debe ser el modelo
de Cristo. El modelo perfecto (Vs 20-21)
3. Ese cambio implica una TRANSFORMACIÓN total de nuestra forma de vivir, una vida realmente en santidad (Vs 22-24).
Hay nuevamente Dios nos recuerda esa transformación manifestada en la NUEVA VIDA en Cristo. Nos habla un Dios SANTO que exige santidad en cada uno de nosotros. ÉL mismo nos mostró que si es posible dejándonos ejemplo a través de Su propio Hijo y de las personas que nos han antecedido obedeciéndole fielmente.
Vale la pena considerar esa comparación tan clara que Dios hace de quitarnos los chiros viejos y revestirnos del nuevo hombre, ASÍ tiene que ser, renovación completa.
Apliquémoslo en nuestro diario vivir, permaneciendo en la LUCHA continua contra el pecado, pensando en cada momento: “Y Cristo qué haría?”, y hacerlo pensando en eso, en lo que ÉL haría, que sea un hecho; clamando así: ¡Dios mío AYÚDAME, SANTIFICAME, te necesito más que nunca, no me dejes desfallecer!
Fabio
Comentarios
Publicar un comentario