El hombre de DOBLE ANIMO es como un NIÑO FLUCTUANTE


Hoy más que nunca, debemos clamar por la SABIDURIA de Dios con plena FE, con la plena certeza que LA SABIDURIA VIENE de DIOS. Dios, a través de Santiago, nos exhorta a confiar en Él, a actuar de acuerdo a sus mandamientos, pero ello implica mucha sabiduría. Esa Sabiduría que viene de Dios, debemos pedírsela directamente a ÉL, entendiendo que es parte de su Voluntad que seamos sabios, que lo conozcamos a ÉL, que entendamos y vivamos cada uno de sus mandamientos. Solo así dejaremos de ser como niños fluctuantes, como hombres de doble ánimo. 

Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. 6Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. 7No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. 8El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos. 9El hermano que es de humilde condición, gloríese en su exaltación; 10pero el que es rico, en su humillación; porque él pasará como la flor de la hierba. 11Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todas sus empresas. - Santiago 1:5-11 

Siendo DIOS la fuente de TODA la sabiduría debemos clamar a ÉL para que nos dé de Su Sabiduría, y Él nos promete que nos la dará abundantemente y sin reproche. 

Es necesario que nuestras peticiones vayan acompañadas de MUCHA FE, sin dudar absolutamente nada en cuanto a que Dios nos dará lo que le pidamos de acuerdo a Su Voluntad y con un corazón limpio. 

Si andamos dudando, dejándonos arrastrar de un lado a otro, no vamos a recibir nada de nuestro Padre. Nuestra oración debe ser MUY sincera y con plena certidumbre de FE, con la certeza de que recibiremos lo que esperamos, convencidos de que Dios nos dará las cosas que nos promete, aunque no las veamos ya. 

Es necesario confiar en Dios en estos momentos de dificultad entendiendo que nuestra humilde condición es mucho más valiosa ante los ojos de Dios que la condición de riquezas y abundancia. Nuestra mira debe estar en las cosas eternas, lo demás es pasajero y no deja ningún fruto que valga. 

Varias recomendaciones bien importantes para dejar nuestro doble ánimo: 

  • CLAMAR a DIOS permanentemente para que me LLENE de SU SABIDURIA y HUMILDAD para hacer bien la OBRA.
  • Esperar PACIENTEMENTE a que DIOS RESPONDA a nuestra SABIAS PETICIONES.
  • La sabiduría debemos pedírsela a Dios
  • Confiar en que Dios nos dará esa Sabiduría en forma abundante y sin reproche
  • Es necesario pedir CON FE
  • No debemos DUDAR en ningún momento de la soberanía de Dios y de sus promesas.
  • Su dudamos Dios no nos dará nada.
  • Es necesario actuar de acuerdo a la SABIDURÍA DIVINA, la cual Dios nos da si se la pedimos con FE.
  • Debemos estar felices por nuestra humilde condición
  • Entender que las riquezas son temporales y que de nada aprovechan en la eternidad
  • Vivir felices con lo que tenemos.
  • Hacer la tarea encomendada por Dios, con mucha firmeza y sin dudar de lo que hacemos.

La SABIDURIA que VIENE de DIOS 

1. La SABIDURÍA verdadera es DE DIOS, por tanto, debemos pedírsela a ÉL con una FE ABSOLUTA (Vs 5-7)

2. Para ser SABIOS, no podemos andar con un pie adentro y otro afuera, el sube y baja no tiene cabida en nuestras vidas (Vs 8)

3. Es una bendición la HUMILDAD acompañada de SABIDURÍA, ahí lo tenemos TODO para ser victoriosos… Segurísimo (Vs 9-11) 

Dios nos recuerda hoy que debemos clamar por SABIDURÍA y alegría en la humildad. Es una recomendación que viene de un Dios indescriptible que nos da todas las herramientas para cumplir la misión. Él sabe que sin Su SABIDURIA no podemos hacer la Obra y es por eso que nos exhorta a clamar por Su Sabiduría. Él es un Dios que ama al hombre de humilde condición. 

Realmente es sorprendente ver la forma como Dios nos insiste en que debemos pedir CON FE, no dudando nada, y la forma en que Dios exalta la humildad y el desapego a las cosas materiales. 

Hoy, más que nuca debemos poner en práctica estas enseñanzas, pidiendo a Dios con mucha FE para que nos llene de su SABIDURIA y de su amor y de su poder; debemos entender que es necesario reforzar nuestra oración sin desfallecer por un momento, y no amargarnos por las pruebas que Dios pone en nuestro camino, estando contentos con lo que tenemos y haciendo la misión encomendada por ÉL, alejados de todo tipo de mediocridad. 

No seamos niños fluctuantes 

Fabio

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