SIN PERMANECER EN EL SEÑOR ES IMPOSIBLE LLEVAR FRUTO
Somos siervos del Señor, dependemos de ÉL, y por tanto Él espera que demos fruto para que no seamos desechados. Solo Él es la VID VERDADERA.
1Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 2Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. 3Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.5Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. 6El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. 7Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. 8En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. - Juan 15:1-8
Dios nos da todas las herramientas para que nos santifiquemos (Su Palabra, su Iglesia y su Espíritu Santo), pero si no queremos aprovecharlas, seremos una vergüenza delante de Dios y delante de los hombres porque no habrá ningún fruto.
El Señor es la VID y nosotros como pámpanos dependemos 100% de ÉL, si permanecemos en ÉL podemos llevar MUCHO fruto, pero separados de ÉL NADA podemos hacer.
La advertencia que el Señor nos hace es que el que no permanece en ÉL será echado fuera como pámpano, y se secará, y lo recogen y lo echan en el fuego y arde. Si realmente en Espíritu Santo mora en nosotros, es un hecho que debemos permanecer en Cristo y que nuestro fruto se ve y que no debemos temer el ser rechazados por Dios.
Dios nos promete que si permanecemos en ÉL y sus Palabras permanecen en nosotros, podemos pedir todo lo que queramos de acuerdo a su Voluntad y esto será una realidad. Dios se glorifica cuando llevamos MUCHO FRUTO para ÉL, y somos discípulos íntegros y sinceros. Es lo que el Señor espera de nosotros.
Varias RECOMENDACIONES bien importantes;
- No dar más alargues para EVANGELIZAR a las personas que DIOS me HA MOSTRADO: Vecinos, amigos y familiares.
- Mostrar a DIOS mi OBEDIENCIA, hablando de ÉL a quien sea y cuando sea.
- Agradecer a Dios porque estamos injertados en la VID verdadera, Jesucristo, la cual es labrada por el Padre.
- Nosotros somos esas hojas o pámpanos de donde Dios espera frutos espirituales abundantes.
- Es necesaria nuestra limpieza o santificación progresiva todos los días, imitando siempre a Jesús
- Si nos soltamos de Su Mano es imposible que haya buenos frutos
- Permanecer en el Señor, oyéndolo y obedeciéndole
- Entender que separados de ÉL, nada podemos hacer
- Tener claro que si no permanecemos en ÉL, no podemos esperar nada bueno de parte de Dios
- Si permanecemos en Dios y Sus Palabras permanecen en nosotros, podemos presentar nuestras peticiones con confianza
- Si queremos que Dios se glorifique en nosotros, debemos dar MUCHO FRUTO.
- Ser siervos FIELES del Señor.
JESÚS, la VID VERDADERA
1. Dios nos ha puesto en SU VIÑA
para que llevemos fruto, es lo más natural (Vs 1-4)
2. Somos los pámpanos y dependemos
del Señor, si no llevamos fruto seremos desarraigados (Vs 5-6)
3. Si somos pámpanos fieles arraigados a la vid, nuestros frutos se verán y glorificarán a Dios (Vs 7-8)
Empezando nuestra Conferencia Misionera 2022, Dios nos recuerda la importancia de permanecer en Cristo, Jesús la VID verdadera; es una enseñanza que viene de un Dios que nos GARANTIZA que SU permanencia en nosotros y la nuestra en ÉL, dará excelentes resultados, un Dios que hace las cosas a la perfección y del cual debemos asirnos permanentemente si queremos obedecerle en nuestro proceso de Santificación.
Es MUY CLARA la comparación que Dios hace del creyente y Cristo con los pámpanos y la vid. El ejemplo habla por sí solo.
Debemos aplicarlo ya mismo, permaneciendo en Cristo, escuchando su voz, sus consejos, sus mandamientos y poniéndolos en práctica, entendiendo que debo VIVIR intensamente cada una de sus enseñanzas; IMITANDO a Jesús, estudiando sus hábitos y poniéndolos en práctica. No habrá otra forma de progresar en mi proceso de Santificación. Debo sopesar cada una de mis palabras, de mis miradas y de mis actitudes con la plena certeza de que le están agradando a Dios.
Fabio
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