VISTIÉNDONOS de LA LUZ DE CRISTO

Nuestra principal deuda es el AMOR y la SANTIFICACIÓN. El mandamiento de Dios es muy claro: Lo único que yo debo deberle a los demás es amor, es necesario pagar TODO lo que debo y tener claro que lo único que estaré debiendo siempre a los demás es AMOR. 

8No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. 9Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 10El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor. 11Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. 12La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. 13Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, 14sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne. - Romanos 13:8-14 

Qué lindo sería que cada mañana nos despertáramos no pensando en qué debemos pagar hoy, de donde vamos a sacar la plata, sino en A QUIEN nos falta AMAR, a quien no hemos compartido, a quien no nos hemos acercado para hablarle de CRISTO. 

Esa deuda de AMOR la podemos pagar perfectamente, sin angustias, ya que en nuestro corazón reposa el amor de CRISTO y podemos extraer para dar todo lo que necesite, sin el temor de que vaya a agotarse. 

El AMAR es la única deuda que nunca debemos terminar de pagar, es una deuda infinita. 

Nuestras vidas deben ser un eterno TESTIMONIO, completamente alejados del PECADO, si no hay pecado, es porque HAY AMOR hacia nuestro prójimo, y no hay ningún deseo de hacer daño a los demás. 

La venida de nuestro Amado Señor está muy, pero muy cerca, nuestras mentes y nuestros corazones deben alejarse más y más de las cosas materiales y enfocarnos más en las almas de los hombres. 

Nuestro testimonio debe ser impecable, debemos saber perdonar y amar para que los demás vean en nosotros la LUZ de Cristo y crean a la predicación del Evangelio. Debemos vestirnos cada vez más del Señor Jesucristo y dejar por completo de proveer para los deseos de la carne. 

Dios nos regala hoy muchas RECOMENDACIONES bien claras:  

  • Mostrar el AMOR DE DIOS a todos mis conocidos a través de LA clara PREDICACIÓN del EVANGELIO a TODOS.
  • Guardar un TESTIMONIO CLARO para poder PREDICAR con PLENA CERTEZA de éxito.
  • No deber nada a nadie
  • Nuestra única deuda debe ser AMAR y AMAR más y más
  • Cumplir con la ley de Dios, amando al prójimo.
  • Si realmente amo al prójimo, debo abandonar toda clase de pecado, el cual termina haciendo daño a otros
  • El cumplimiento de los mandamientos, es el AMOR.
  • Ser consciente de la cercanía de la venida del Señor.
  • Desechar las obras de las tinieblas
  • Vestirme con las armas de la luz.
  • Andar honestamente dejando atrás toda clase de pecado: Glotonerías, borracheras, lujurias, lascivias, contiendas, envidias…
  • Parecerme cada vez más al Señor Jesucristo no proveyendo en nada para los deseos de la carne. 

VISTIÉNDONOS de la LUZ de CRISTO 

1. El AMOR debe brotar de nuestros poros como algo natural. El AMOR al prójimo lo resume todo (Vs 8-9)

2. Es hora de despertarnos, el fin se acerca, vamos a luchar con AMOR por las almas de los hombres (Vs 10-12)

3. Solamente vestidos del Señor Jesucristo, la labor evangelística tendrá buenos frutos… A ser IRREPRENSIBLES (Vs 13-14) 

Dios nos sigue recordando siempre El AMOR al prójimo y la SANTIFICACIÓN permanente para poder DAR FRUTO. ÉL no exhorta porque es un Dios cuya naturaleza es AMOR y por eso nos insiste tanto en AMAR a los demás, reflejando la LUZ de Cristo a fin de que la predicación del Evangelio sea más efectiva. 

Debe impactarnos el ver como Dios nos muestra que la MAYOR deuda que tenemos es el AMAR a los demás, y entender que si AMAMOS a los demás debemos deshacernos de toda manifestación de pecado a fin de que podamos reflejar la LUZ de Cristo para que así la gente crea a la predicación del Evangelio. 

Escuchemos la voz de Dios y vivamos esta enseñanza, practicando permanentemente ese AMOR hacia el prójimo, pensando y orando siempre antes que nada por la SALVACIÓN de aquellos que aún no conocen de Cristo; esforzándonos al MÁXIMO para que nuestras vidas sean un fiel REFLEJO de la LUZ DE CRISTO a fin de que la gente CREA y sea salva por la predicación del Evangelio respaldada por un testimonio claro. 

Adelante, de la Mano de Dios si es posible. 

Fabio

 

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